Uncommunicative Passenger

“Podemos escapar de todos menos de nosotros mismos” J. Saramago

En el 2009 viajé a Tokio y me llamó la atención como el silencio imperaba en un metro abarrotado donde decenas de pasajeros metían la cabeza en dispositivos móviles como si de una pastillita azul de Husley se tratase.

Siete años después me sorprendí a mí mismo pidiéndole a mi hija de 4 años que, por favor, no se fijase de esa forma en la gente cuando viajábamos en metro. En ese instante me di cuenta de que ella era la única persona en todo el vagón no afectada por el virus del aislamiento tecnológico y me pareció muy interesante el ejercicio de convertirme cual voyeur en espectador activo de esa pandemia y así de paso intentar huir del virus mientras viajo. Desde entonces fotografío almas errantes y silenciosas que vagan de línea en línea con la mirada perdida sumidos en la incomunicación. Los vagones del metro son los nuevos ascensores.

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