Llegar a un sitio nuevo y ser aceptado a la primera no es fácil. Generalmente hay que trabajárselo para, poco a poco, ir metiendo la cabeza.
Como si de justicia poética se tratara eso es lo que le ha pasado a nuestras fotos en el Museo al Aire Libre del Barrio de Abajo de Tabanera de Cerrato.
Los materiales estaban más que probados, pero los propios muros de las viviendas se tornaron desconfiados ante semejante aluvión de nuevos vecinos y aliados con el viento y la lluvia se empeñaron en hacer complicada la incorporación de nuestro proyecto a ese nuevo/viejo entorno.
De sobra es sabido que los castellanos son recios y a veces pueden parecer incluso secos y cortantes pero hospitalarios hasta límites insospechados. Por lo que finalmente decidieron integrar sus muros de adobe y piedra más las puertas y ventanas de madera a la suave y delicada textura del papel de nuestras fotografías y conformar un vínculo de texturas cuanto menos agradable.
Como consecuencia la mañana del domingo se despertó con un sol espectacular que vaticinaba el rotundo éxito de la convocatoria organizada por la Universidad Rural Paulo Freire del Cerrato. Desde los propios vecinos del municipio que atónitos caminaban por las calles de aquel barrio abandonado (hasta hace poco intransitable) donde bastantes años atrás correteaban de niños hasta todos aquellos que se desplazaron ávidos de una iniciativa cultural distinta.
Y entre tanto nuestras fotos asistían impasibles con su indefinido gesto neutral al trasiego de espectadores. Posiblemente hoy hayan pasado la noche al raso y así pasarán muchas noches más, integrados en la tranquilidad de su nuevo espacio vital.
Muchas gracias Lua por tener esa magia y demostrar que los egos están bien guardados en los bolsillos cuando cuatro ojos ven más que dos. Gracias también a Alberto y Raquel, por ser motivación en estado puro y convertir en oro todo lo que pasa por vuestros equipos. Por supuesto gracias a Sara, Héctor y Carlos de la Universidad Rural del Cerrato por tener esa bombilla de ideas a pleno rendimiento y currar como auténticas bestias por algo en lo que creo y mucho. Sin olvidarme de David, Ana, Laura, María Jesús, Gonzalo, Sara, Miguel y compañía que nos echastéis 20.000 cables (SOIS LA HOSTIA). Y por supuesto gracias a tí Paloma, porque sin tí todo esto no existe y si no fuese por tus ideas y lo muchísimo que me cuidas jamás tendría los huevos para ser tan “echadopalante”.
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